Hace unos días apareció un cliente con problemas de temperatura en su sistema y de modo excepcional no era por exceso de suciedad o mal mantenimiento.
Nunca me han gustado, por razones objetivas, los disipadores de procesador con contacto directo entre los heat pipes de cobre y el heat spreader del procesador.
Disipador con contacto directo con los heatpipes. Corrosión del aluminio (manchas grisáceas).
Las dos razones que me llevan a no recomendarlos son las siguientes:
- Un rendimiento térmico menor.
- Aparición de corrosión en la interfase disipador-procesador.
La corrosión se aprecia por la presencia de manchas de color gris oscuro de óxido de aluminio en la huella de la interfaz térmica.
La alúmina es un mal conductor térmico.
Restos de óxido de aluminio sobre el procesador.
El sistema del cliente presentaba temperaturas anormalmente elevadas con un disipador y ventilador perfectamente limpios, lo que me hizo sospechar de un problema con la interfaz térmica.
Tras limpiar tanto el procesador como la base del refrigerador de CPU y aplicar pasta térmica de nuevo recuperó las temperaturas nominales.
Base del disipador tras la limpieza.
De todos modos alerté al cliente sobre que este fenómeno reaparecería en el futuro y que la única solución era sustituir el disipador por un modelo diferente con base de cobre pasivado con zinc.
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